lunes, 11 de mayo de 2015

Martirologio Romano 11 de mayo

SAN MAJELO o MAYOLO,
Abad


Jesús crecía en sabiduría,
en edad y en gracia delante
de Dios y de los hombres.
(Lucas, 2, 52).

  • En Roma, en la vía Salaria, el triunfo de san Antimo, Presbítero, el cual, insigne por sus virtudes y predicación, en la persecución de Diocleciano fue precipitado en el Tíber, de donde le sacó un Ángel, restituyéndole a su oratorio; más tarde, decapitado, subió vencedor al cielo.
  • Allí mismo, san Evelio, Mártir, que siendo de la familia de Nerón, a vista del martirio de san Torpetes, creyó en Cristo, y por nuestro Señor fue también degollado.
  • En Bizacena, san Mavilo, mártir en Hadrumeto, que fue condenado a ser devorado por las fieras. Mártir en Hadrumeto (Bizacena, Norte de África), durante el imperio de Caracalla; fue arrojado a las fieras. Su culto se difundió ampliamente por África.
  • En Roma también, los santos Mártires Máximo, Basso y Fabio, que en tiempo de Diocleciano fueron martirizados en la vía Salaria.
  • En Osimo del Piceno, los santos Mártires Sisinio, Diácono,Dioclecio y Florencio, discípulos del Presbítero san Antimo; los cuales, en tiempo de Diocleciano, apedreados, consumaron el martirio.
  • En Camerino, los santos Anastasio y compañeros Mártires, los cuales en la persecución de Decio fueron muertos por sentencia del Presidente Antíoco.
  • En Varennes de Francia, san Gangulfo, Mártir.
  • En Viena de Francia, san Mamerto, Obispo, el cual, por una inminente calamidad, instituyó en aquella ciudad solemnes rogativas en los tres días antes de la Ascensión del Señor, rito que aprobó y recibió después la Iglesia universal.
  • En Souvigny, de Borgoña, san Mayolo o Mayeul, abad de Cluny, quien, firme en la fe, seguro en la esperanza y repleto de una doble caridad, renovó numerosos monasterios de Francia e Italia
  • En Nápoles de Campania, san Francisco de Jerónimo, natural de la ciudad de Grotalla, diócesis de Tarento, Sacerdote de la Compañía de Jesús y Confesor, varón de eximia caridad y paciencia en procurar la salvación de las almas, a quien el Papa Gregorio XVI puso en el catálogo de los Santos.
  • En San Severino del Piceno, san Iluminado, Confesor.
  • En Cagliari de Cerdeña, san Ignacio de Láconi, Confesor, de la Orden de Menores Capuchinos, preclaro por la humildad, caridad y milagros; al cual el Papa Pío XII enalteció con los honores de los Santos.
  • En la isla Tiberina, Italia, beato Ceferino Namuncurá, laico.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

R. Deo Gratias.



SAN MAJELO o MAYOLO,
Abad

San Majelo, habiendo terminado sus estudios en Lyon, fue nombrado, a pesar de su resistencia, arcediano de Macón. Con posterioridad fue propuesto para ocupar el arzobispado de Besanzón, pero rehusó esta dignidad y se retiró al monasterio de Cluny, donde sucedió a San Aimardo en calidad de abad. Llamado a París para el arreglo de algunos asuntos en el monasterio de San Dionisio, cayó enfermo en el camino y murió en Souvigny, en el año 994. Su admirable virtud le granjeó el amor de Dios y el de los hombres.


MEDITACIÓN
SE HA DE CONTENTAR A DIOS, A LA CONCIENCIA Y A LOS HOMBRES

I. Dios quiere salvarte, pero no lo hará sin tu cooperación. No persigas, pues, otro objetivo que el de agradarle y cumplir su santa voluntad. Nada hagas contrario a sus mandamientos, ni a los de su Iglesia. ¿De qué te serviría haber pasado como honesto en este mundo, haberte conquistado el favor y la estima de todos los hombres, si eres objeto del desprecio y del aborrecimiento de Dios?

II. Condúcete según las luces que Dios te da, nunca obres en contra de lo que tu conciencia y tu razón te dicten; es el primer director a quien debes obedecer. Escucha también las inspiraciones particulares del Espíritu Santo; no las resistas nunca si quieres conservar la paz en tu interior. Si Dios y tu conciencia dan testimonio de tu inocencia, deja a los insensatos que digan lo que quieran. (San Gregorio).

III. No tengas una virtud excesivamente rígida, sobre todo si tu condición te obliga a vivir en el mundo. La afabilidad, la dulzura, la bondad, no son incompatibles con la virtud aun más perfecta; se puede ser un santo y un hombre amable a la vez. Ten cuidado; lo que tú llamas austeridad no es a menudo sino secreta vanidad y dureza de corazón, contrarios al espíritu de mansedumbre que Jesucristo nos recomienda.

La pureza de intención
Orad por por el acrecentamiento de la caridad.


ORACIÓN
Haced, Señor, os lo suplicamos, que la intercesión de San Majelo, abad, nos haga agradables a vuestra Majestad, a fin de que obtengamos, por sus oraciones, lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.




Fuentes: Martirologio Romano (1956), Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J., Tomo I; Patron Saints Index.




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